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Un compendio de posibles infracciones de este artículo del Código Penal.

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¿El Estado Islámico mata siguiendo el Corán? – 5ª parte


lunes, 29 de junio de 2015


Los asesinos siempre son musulmanes que dicen
obedecer al Corán exterminando a los infieles.
Sus versículos refutan que sea una religión de paz.

- La incitación al odio es un delito. La difamación también.
Pero cuando se revelan las consignas más crueles del islam
no se incita al odio, sólo se previene contra el mal que nos
acecha usando una legítima defensa a que tenemos derecho.
Tampoco se difama al islam cuando lo que se citan son sus
propias palabras. Son ellos los que amenzan y no nosotros.
Son ellos -su Corán- los que incitan al odio contra nosotros.
Nadie sino ellos mismos incitan al rechazo de sus acciones.
Ni incitar al odio ni difamar al islam es la intención de este
Blog, solamente dar a conocer lo que se oculta con malicia
para aparentar que el islam es sólo paz, bondad y tolerancia.
Por el contrario, contiene intolerancia, hostilidad, violencia,
discriminación, menosprecio e incitación al odio contra los
no creyentes, todo lo cual infringe claramente el nuevo art.
510 del Código Penal español.



LA HIPOCRESÍA reina en los organismos internacionales

Es un fenómeno digno de estudio. La izquierda apoya el islam y trata de justificar las acciones de los violentos adoptando los argumentos de los musulmanes moderados: Los que matan en Siria no forman parte del islam, están excluídos. En lugar de tratarse de sus más rigurosos seguidores, son extremistas que no interpretan correctamente el Corán porque “el verdadero islam es pacífico, misericordioso y tolerante”.

Una frase que ha llegado a convertirse en un lema indiscutible repetido siempre que sucede algo que causa repulsa a la gente civilizada. Sin embargo, el Corán, los hadices y la sunna del profeta Mahoma son tan explícitos que los musulmanes son incapaces de demostrar lo contrario y se aferran al lema pacifista como si lo demás no existiera.

Siguiendo esas pautas de ocultación de que el Corán incita al odio y a la violencia contra los no musulmanes, en el Parlamento Europeo los socialistas, apoyados por las demás ideologías de izquierda, han intentado boicotear una resolución sobre la persecución de los cristianos, a raíz de la matanza de estudiantes en Kenia y a iniciativa de la española Teresa Jiménez-Becerril, del Partido Popular.

A principios de abril, en la Conferencia de Presidentes de la Eurocámara, Martin Schulz, el socialista que preside el Parlamento Europeo, apoyado por los representantes del Grupo Socialista, de la Alianza de los Liberales y Demócratas, y de la Izquierda y los Verdes, pidió cambios en la resolución presentado por la eurodiputada española, especialmente en el título.

Schulz y los representantes citados quisieron cambiar el título del texto presentado por la diputada española, “Resolución sobre la persecución de los cristianos en el mundo”, por el más ambíguo de “Resolución sobre la matanza de los universitarios de Kenia”. De esa forma, el dirigente socialista quería eliminar la referencia a los cristianos y limitarse a un único acontecimiento reciente, en el que “también murieron personas de otras religiones”.

A pesar de que la maniobra era suprimir la referencia a la matanza de cristianos que se viene repitiendo en muchos países y limitarla a un suceso concreto, como si se tratase de un hecho aislado y no especialmente contra los cristianos –con los que se ensañaron en Kenia– el Partido Popular sacó adelante la resolución con el texto original a pesar de la oposición de Schulz y de eurodiputados españoles que se posicionaron claramente en contra.

El presidente del Parlamento Europeo, los socialistas y la izquierda exigieron un cambio de título al texto, pero en la votación se impusieron los populares Después de la votación, el título sobre la “persecución a los cristianos en el mundo” ha obtenido un respaldo mayoritario, con 192 votos a favor, 134 en contra, y 13 abstenciones.

Teresa Jiménez-Becerril y su grupo querían recordar las diversas operaciones contra cristianos en Siria, Egipto, Libia, Nigeria, Irak, Pakistán, etc.- “Hay párrafos y referencias sobre todas y cada una de estas matanzas” y explica que por ese motivo “apostamos por un título que recordara que el 80% de los cristianos son perseguidos en el mundo”. En ese sentido, la eurodiputada ya dejó claro, en una columna de ABC, que era necesario hacer una resolución en el Parlamento Europeo sobre esa persecución.

La maniobra de la izquierda resulta especialmente indecente si no perdemos de vista –como recuerda la diputada del PP– que el 80% de los cristianos son perseguidos en el mundo, una gigantesca persecución mundial que no puede limitarse a un único suceso en Kenia.

El Parlamento Europeo debatirá esa resolución contra la persecución que padecen los cristianos en todo el mundo, pero serán sólo palabras, no sólo todo quedará en palabras sino que esas palabras habrán sido discutidas por la izquierda más vil para que el islam no quede en entredicho.

También la ONU está putrefacta por una ideología que debería haber sido declarada enemiga de la Humanidad. Según afirmó mons. Bernardito Aúza, observador permanente vaticano ante la ONU, nunca se ha mencionado específicamente a los cristianos en el Consejo para los Derechos Humanos de la ONU. Y es que este Consejo está controlado por la izquierda.

«La persecución de los cristianos a nivel global: una amenaza a la paz y a la seguridad internacional» es el título de la conferencia pronunciada el 17 de abril en la sede de las Naciones Unidas de Nueva York por monseñor Bernardito Aúza. El religioso recordó los duros llamados de Papa Francisco a la comunidad internacional para que «no permanezca muda e impasible» ante crímenes inaceptables. Los mártires de hoy, observaba el Pontífice, «son más numerosos que en los primeros siglos».

Entre 2006 y 2012, afirmó mons. Aúza, los cristianos fueron afectados por persecuciones o discriminaciones en 151 de los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas. «Esto indica –subrayó con fuerza– un fracaso colectivo de esta organización internacional, cuyo objetivo es el de salvar a los pueblos y a las naciones del flagelo de la violencia y de las agresiones injustas». Mons. Azúa recordó que «entre 100 y 150 millones de cristianos sufren persecución en el mundo de hoy». Me pregunto qué pasaría si los perseguidos fueran los musulmanes.

El observador permanente del Vaticano ante la ONU recordó que el mes pasado –marzo 2015–en Ginebra, en el Consejo para los derechos humanos de las Naciones Unidas, 65 países –la ONU la componen 193 países– firmaron una declaración para sostener los derechos humanos de los cristianos y de otras comunidades, en particular en el Medio Oriente. «Fue la primera vez en la que se mencionó explícitamente la categoría de los cristianos en el Consejo para los derechos humanos», indicó.

Una declaración que si implica alguna acción de la ONU que deba debatirse, tendría 128 votos en contra frente a los 65 que suscribieron la declaración. Papel mojado, buenas palabras y un nuevo baldón para esa indigna organización que es la ONU, que se mueve por intereses antes que por cualquier otro motivo. Para mayor vergüenza de los países “democráticos”, la declaración en favor de los derechos humanos de los cristianos fue redactada por Rusia, la Santa Sede y el Líbano.

Al día de hoy no todos los musulmanes están practicando la violencia y el terrorismo, ¿pero qué garantía hay de que un musulmán que hoy no practica la violencia no la vaya a practicar nunca? Puede ser que hoy no esté muy preocupado por su salvación por estar ocupado en su vida diaria y no estar en un contacto muy cercano con los islamistas radicales ¿pero si cambia su vida mañana?

El Corán, tal como queda descrito en sus versículos, sigue estando vigente y seguirá influenciando en la vida y el comportamiento de sus seguidores del mismo modo que los interesados en el terrorismo y el radicalismo islámico nunca dejarán de trabajar para que todos los musulmanes se porten como “auténticos musulmanes”, fieles seguidores de las enseñanzas del Corán, cuando sean requeridos. Entonces, los musulmanes moderados de hoy ¿seguirán siendo moderados?

Mientras el Corán no cambie, en ninguna parte del mundo existe la garantía de que los musulmanes moderados van a seguir siendo moderados. Y aunque así sea, ese islam moderado sigue pacíficamente amenazando, penetrando poco a poco en la cultura, leyes y tradiciones de los países que les dieron acogida. Así hasta colonizarlos e implantar el islam, un objetivo de todos los musulmanes por muy pacíficos que sean. ¿Conocen algún musulmán a quien no le gustaría que España fuera totalmente musulmana?

La triste conclusión es que mientras no se reformen las leyes islámicas para anular todo aquello que significa una amenaza para los no creyentes en el islam, la distinción entre “islam violento” e “islam pacífico” es una distinción provisional porque los versículos y preceptos violentos también son de obligatorio cumplimiento cuando se dieran las circunstancias que lo justificasen, así que los calificativos “moderado” y “pacífico” deben considerarse como adjetivos de conveniencia porque el Corán nunca podrá ser reformado.

No olvidemos que se trata de una distinción que reclaman los propios musulmanes moderados porque así interesa políticamente. Nadie puede identificarse con la violencia sin ser rechazado y tengan la seguridad de que si no mediasen intereses diversos, si los gobiernos fueran libres para aplicar las leyes democráticas y los derechos humanos, el islam habría sido declarado contrario a las leyes y derechos humanos internacionalmente reconocidos y tenazmente reclamados pero nunca aplicados y exigidos al mundo islámico, que sigue conviviendo con sus preceptos coránicos en países donde normalmente estarían fuera de la ley. A ninguna asociación se le permitirían unos estatutos que contuvieran las mismas atrocidades que el Corán o que incitaran al odio contra los diferentes como el Corán lo hace.

A partír del próximo 1 de julio 2015, el artículo 510 del Código Penal español penalizará la violencia, el menosprecio y la incitación al odio que emanan del Corán y lo sitúan en el ámbito penal, una situación que parece indudable será ignorada y soslayada por quienes no dudarán en aplicar la ley a cualquier otro infractor. Un Código Penal que para los musulmanes no tendrá consecuencias y que, por el contrario, les defenderá de críticas incómodas e irrebatibles.

Y recuerden, un único Corán para todos los musulmanes. Dicho sea todo lo anterior para recordar una realidad, sin ánimo de incitar a nada que no sea el rechazo expreso y público de todos los musulmanes a esos versículos que nos amenazan.

Eso sí que sería auténtico pacifismo y no hipocresía.

No cuenten con ello.



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