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Un compendio de posibles infracciones de este artículo del Código Penal.

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La antigua jueza Carmena – 2ª parte


sábado, 11 de julio de 2015

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Frases célebres:
“Si prometen una cosa y hacen otra, se acerca su bancarrota”
Gotión.- (profeta español - siglo XXI)


El periódico ABC desvela que en menos de un año como juez decana logró que en 1994 se ejecutaran hasta 36 lanzamientos diarios y alardeó de haber duplicado los desahucios en Madrid. Ahora, de la mano de los anti-desahucios es elegida para que desde el Ayuntamiento paralice los desahucios. Cuando son los perroflautas los que deciden, puede suceder cualquier cosa y la contraria, siempre bajo un paraguas ético y sin despeinarse. Por aquí no pasa nada, tragan con todo.

En 2015, Manuela Carmena ha llegado a la alcaldía de Madrid gracias (aparte del pacto con el PSOE del mentiroso Antonio Miguel Carmona) a su compromiso de oponerse a los desahucios. Veinte años antes, la juez de izquierdas presumía de haber conseguido en Madrid duplicar el número de desahucios.

El diario ABC publicaba este 10 de julio de 2015, una investigación sobre los años en que Carmena fue juez decana de Madrid. Según los datos recogidos por el periódico, cuando Carmena llegó al decanato, en 1993, el mayor número de lanzamientos era de 18 diarios; en un año, ella y su mano derecha, Marta Higueras, pusieron en marcha doce comisiones judiciales para encargarse de los desahucios cuando antes sólo había una, de modo que hubo días laborales en los que en Madrid se produjeron 36 lanzamientos.

Otra de las actuaciones de Carmena como juez decana fue la reducción de los tiempos de tramatación de estos procesos. Unos antecedentes ejemplares para quien ahora quiere hacer todo lo contrario.

El periódico publica un editorial, 'Doble rasero con los desahucios', en que reprocha a la actual alcaldesa de Madrid sus "contradicciones" para conseguir votos.

El tiempo demuestra que en política todos los cargos públicos son rehenes de su pasado y de sus contradicciones. La primera edil madrileña, Manuela Carmena, fue decana de los Juzgados de la capital en los años noventa. Durante su primer año en esa responsabilidad, duplicó el número de personas desalojadas a diario por impagos de hipotecas y alquileres.

Marta Higueras, su actual mano derecha en el Consistorio, fue también su estrecha colaboradora como coordinadora del departamento de notificaciones y embargos de los Juzgados, y se ufanaba de haber agilizado tanto los desahucios que llegaron a ejecutarse en apenas diez días.

Lo exponía como criterio de eficacia y presumía de haber actualizado en tres meses más de setecientos expedientes atrasados, con sus correspondientes expulsiones de viviendas.

Es más, al llegar Carmena a los Juzgados, había doce comisiones judiciales encargadas de los desahucios, pero solo funcionaba una. La entonces decana reactivó con urgencia las otras once. A fin de cuentas, cumplía la ley. Y no sería motivo de reproche alguno si no fuera porque ahora, como líder de una marca blanca de Podemos y alcaldesa, propone medidas muy diferentes que nunca contempló ni aplicó como juez. Moratorias de los bancos y acreedores, alojamientos temporales en hoteles, cesión de viviendas para fomentar alquileres sociales... Es el espíritu de una flagrante contradicción.

La situación extrema de un desahucio suele ser desgarradora, y humillante en muchos casos. Pero el doble rasero moral de la izquierda radical no puede ser una coartada para manipular los dramas ciudadanos, ni argumento electoral para su utilización ventajista.

Carmena hizo exactamente lo contrario de lo que ahora defiende. Con los desahucios, el populismo ha fomentado una falacia como promesa con tal de conseguir votos y acaparar poder.

Pero esta señora, que nunca debió llegar a jueza, no hace más que seguir el secular guión de la izquierda: Buenas palabras y promesas hasta tomar el poder. Después sectarismos y bajezas y sin dejar de joder.

Les incluyo más abajo algunos enlaces con ejemplos de lo que han hecho socialistas y comunistas respecto a los desahucios. Todos ellos capitanes de la justicia social.

Como español de a pie, me siento humillado y lesionado en mi dignidad de ciudadano español por el menosprecio que muestran hacia nosotros y nuestra inteligencia los políticos de la nueva casta que nos engañan cada día como se demuestra con sus actitudes y las contrarias, según convenga a los intereses del momento.

Por considerar que fomentar los desahucios y más tarde ostaculizarlos, sin dejar de mantener en alto la misma bandera y puño cerrado, es un acto de desprecio al buen juicio, criterio y razón de los españoles, considerándolos unos meros contribuyentes incapaces del mejor discernimiento y sometidos a su mejor juicio y sabiduría, que le permite estar por encima de la simple ciudadanía, considero que Manuela Carmena está incapacitada para ocupar un cargo público con poder de decisión dado que carece de la coherencia, objetividad e imparcialidad exigibles.

En consecuencia, entiendo que la exjueza Manuela Carmena presuntamente infringe el artículo 510-2ª del Código Penal por cuanto su actitud tiene de menosprecio hacia el ciudadano español, al que considera tonto, salvo que la voten.



Para saber más:

– Rubalcaba hablemos de desahucios
– Desahucios-1
– Desahucios-2



Leer más »


¿En que manos estamos?


miércoles, 1 de julio de 2015

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¿Merecemos que nuestra cultura sea gobernada por indivíduos como este?
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Este sujeto con apariencia de musulmán es Guillermo Zapata, el que ha demostrado más de una vez su miseria moral difundiendo públicamente comentarios que lesionan la dignidad de víctimas del terrorismo y la barbarie, haciendo exhibición de una altura moral tan escasa que lo inhabilita para representar a los ciudadanos de bien. Solamente los perroflautas y la izquierda más miserable que lo defienden pueden justificar como un chiste esos comentarios tan indignos.

Gañanes políticos como este, ansiosos de subirse al carro de la casta que tanto critican para asegurarse una paga a costa de los que pagan impuestos –perroflautas excluídos– no pueden llegar a la política bajo la bandera de la ética, la renovación moral y la ejemplaridad.

Semejante fisonomía, fácilmente identificable con la estética musulmana, induce a pensar si Zapata no será uno de esos conversos al islam que mantienen discretamente su afiliación para no perjudicar su “carrera” política, tal como se dice de Gaspar Llamazares. Vaya usted a saber. En cualquier caso, sea o no sea –es libre de serlo– si enseñan esta foto en cualquier lugar del mundo le dirán que es un musulmán, aunque sólo lo parezca por su aspecto. Pero insisto, hablo de apariencia –elegida por él– y no afirmo que lo sea.

Allá él con sus creencias, aunque desde el momento en que ocupa un cargo público hay cuestiones que sobrepasan el ámbito privado y la ciudadanía que va a beneficiarse o sufrir sus decisiones tiene derecho a saber tanto si es musulmán como si odia a la Iglesia o no le gusta la cultura española, así que debería haber una interpelación para que aclarase su identidad religiosa, de forma que los ciudadanos podamos valorar si su gestión es neutral o sectaria y, en definitiva, si va a respetar o diluir nuestras raíces cristianas, una herencia secular y nacional que todo responsable de Cultura debe respetar por encima de cualquier otra influencia. De momento, ha dejado testimonio gráfico de su menosprecio y ánimo de ofensa a los cristianos.

Como todo el mundo, Zapata se viste según sus ideales y personalidad y aunque por el momento su apariencia sugiere interrogantes, en relación con la religión cristiana no caben dudas. En la siguiente foto luce una cruz que contiene una mofeta, en una camiseta cuyo color mierda también tiene su significado. ¿Pueden darse interpretaciones inocentes a ello? Lo que transmite no es otra cosa que la Iglesia y la cristiandad apestan, ese y no otro es el motivo de la mofeta dentro de la cruz y ese es el mensaje de odio y repulsa hacia los cristianos que quiere dar.

Este tipo no tiene arreglo y sus excusas sobre hechos anteriores quedan desmentidas ahora. No respeta nada y no se trataba de un eventual chiste sino de toda una actitud continuada hasta la actualidad, justamente hasta que ha querido comer la sopa boba estatal.


Zapata con las listas de las últimas elecciones que le hicieron concejal.
Luciendo esa camiseta ¿será un ecuánime servidor público de todos?

En la imagen Zapata exhibe las listas de las recientes elecciones que le hicieron concejal. Pero ello demuestra que los despreciativos comentarios por los que ha sido imputado no son cosa del pasado sino que su escasa ética y nulo respeto siguen vigentes.

Zapata ha sido imputado por el juez Santiago Pedráz de la Audiencia Nacional por entender que sus comentarios en Twitter podrían ser constitutivos de un delito de humillación a las víctimas pues entrañan "descrédito, menosprecio o humillación" de las mismas. Este delito aparece tipificado en el artículo 578 del Código Penal, ubicado en la sección “De los delitos de terrorismo”, dentro del capítulo VII - “De las organizaciones y grupos terroristas y de los delitos de terrorismo”. Este artículo 578 dice textualmente:

"El enaltecimiento o la justificación por cualquier medio de expresión pública o difusión de los delitos comprendidos en los artículos 571 a 577 de este Código o de quienes hayan participado en su ejecución, o la realización de actos que entrañen descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas de los delitos terroristas o de sus familiares se castigará con la pena de prisión de uno a dos años.”

Igualmente, el artículo 510 abunda en los delitos de discriminación, odio y violencia contra personas o grupos por razones antisemitas, lo cual afectaría al comentario sobre los judíos. A partír del próximo día 1 de julio entrará en vigor un texto mucho más amplio y restrictivo donde se castigará a quienes lesionen la dignidad de las personas mediante acciones que entrañen humillación, menosprecio o descrédito de cualquier grupo o persona por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género, enfermedad o discapacidad.

Por su parte, la impresentable ex jueza Carmena, en pocos días ha demostrado la realidad de sus falsas promesas de ejemplaridad y finalmente tendremos que sufragar el sueldo y los gastos de este indeseable protegido por Carmena, a menos que sea condenado. Un hecho irrelevante aún en el caso de que una justicia sectaria no quisiera reconocer los delitos, ya que hay suficientes pruebas de la categoría personal del interfecto, reprobables aunque fuera un humorista profesional y los hechos sean antiguos.

Por su evidente menosprecio y humillación hacia las víctimas del Holocausto y el terrorismo y hacia lo que representa la Cruz, Zapata –además del art. 578 relativo a las víctimas– infringe el artículo 510 del Código Penal por su desprecio a los cristianos, así que se le aplique la Ley sin eximente alguno.

Una triste y utópica exigencia ya que Irene Villa, la víctima protagonista de los insultos denunciados ya se ha manifestado oficialmente otorgando su perdón al presunto delincuente. "Disculpas aceptadísimas y perdonado está", afirma en un loable pero equivocado mensaje. El problema es que cuando el juez Pedráz le tome declaración proximamente y declare no sentirte ofendida, anulará la imputación a Zapata y todo sera gratis.

Si la ofendida no se considera ofendida y el ofensor afirma no querer ofender, el juez Pedráz ya tiene los argumentos para dejarlo todo en casi nada, algo que se veía venir desde que impuso una desorbitada fianza a los denunciantes para evitar que se personasen. Seguimos dando facilidades para que insulten, desprecien y agredan verbalmente desde esa izquierda tan poco respetuosa con los demás que venía a ejemplarizar la política. Mejor el silencio que la benevolencia con quien no lo merece. El buenismo nos pierde.

Muchos estamos hartos de esa izquierda payasa y provocadora, incapáz de convivir respetuosamente y cuya ejemplaridad no pasa del papel y los discursos para ilusionados imbéciles boquiabiertos de admiración y falsas esperanzas de mejora.

Su altura moral tiene la misma profundidad que un charco.


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